¿Cómo cultivar apio? El apio es una planta originaria del Mediterráneo que se cultiva en todo el mundo debido a sus beneficios nutricionales y medicinales. Es una planta bienal que se cultiva principalmente por sus tallos, aunque también se pueden consumir las hojas y las semillas.
La variedad más común es el Apio Monstruoso de Carentan.
Germinación de la semilla: Para germinar la semilla de apio, se recomienda sembrarlas en un sustrato húmedo y fértil, con una profundidad de 1 cm. Las semillas tardan de 14 a 21 días en germinar y requieren de una temperatura constante de alrededor de 20 °C. Es importante mantener la humedad del sustrato y evitar que se seque.
Época de siembra: La época de siembra del apio depende de la región en la que se encuentre. En Argentina, la mejor época para sembrar apio es a finales de invierno o principios de primavera.
Combinación de cultivos: El apio se puede combinar con otros cultivos como el repollo, la lechuga y la cebolla. Es importante evitar plantar apio junto con plantas que pertenecen a la misma familia, como el hinojo, el perejil o la zanahoria, ya que pueden ser afectadas por las mismas enfermedades.
Tipo de suelo: El apio prefiere un suelo rico en materia orgánica y bien drenado. Se puede abonar con compost, bocashi y enmienda mineral previo a la siembra y/o durante el cultivo.
Requerimientos de sol: Al menos 6 horas de sol directo al día, por lo que es importante elegir un lugar con buena exposición solar.
Necesidad de riego: Es importante mantener el suelo húmedo, pero no encharcado, ya que el exceso de agua puede provocar enfermedades en las raíces. Se recomienda regar el apio con frecuencia, especialmente durante los períodos secos.
Algunos tips para el cultivo del apio incluyen la eliminación de las hojas inferiores para fomentar el crecimiento de los tallos y el uso de abonos orgánicos para mejorar la calidad del suelo. La cosecha del apio se realiza cuando los tallos alcanzan una altura de 20 a 30 cm y se realiza cortando la base del tallo con un cuchillo afilado.
Beneficios nutricionales: El apio es una verdura muy saludable y rica en vitaminas y minerales como la vitamina K, la vitamina C y el potasio. También es una buena fuente de fibra y tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
Beneficios medicinales: El apio se ha utilizado tradicionalmente para tratar la hipertensión arterial, debido a su contenido en un compuesto llamado ftalida, que ayuda a reducir la presión arterial. También se le atribuyen propiedades diuréticas y laxantes, por lo que se recomienda en casos de retención de líquidos y estreñimiento.
El jugo de apio en ayunas puede ser beneficioso para trastornos intestinales, hepáticos, cutáneos y más.
Algunas enfermedades que pueden afectar al apio son el mildiu, la pudrición de la raíz y la roya. Para prevenir estas enfermedades, es importante mantener el suelo limpio y libre de malezas, así como evitar el exceso de agua en el suelo. Si el apio presenta síntomas de hongos se pueden aplicar tratamientos a base de equisetum.
