¿Cómo cultivar lavanda? La lavanda, cuyo nombre científico es Lavandula, es originaria de la región mediterránea. Sin embargo, se ha adaptado exitosamente a diferentes climas y se cultiva en muchas partes del mundo.

Sobre la siembra

Germinación de la semilla: La lavanda se puede propagar tanto por semillas como por esquejes. Si decides utilizar semillas, es recomendable remojarlas en agua tibia durante 24 horas antes de sembrarlas para acelerar la germinación. Luego, se puede sembrar en semilleros o directamente en el lugar definitivo. Hay que mantener la humedad en el sustrato pero no encharcado. La germinación puede tardar entre 2 a  4 semanas.
Época de siembra: Primavera o comienzos del otoño. Estas estaciones brindan las condiciones ideales de temperatura y humedad para la germinación y el crecimiento saludable de la planta.
Combinación de cultivos: Se complementa bien con otras especies en el jardín. Se puede combinar con rosas, salvia, romero y otras plantas aromáticas. Podes también sumarla como borde protector de la huerta, para atraer a polinizadores y controlar el desarrollo de plagas ya que su fragancia ayuda a repeler ciertas especies predadoras.

Requerimientos

Tipo de suelo: La lavanda prefiere suelos bien drenados y arenosos. Un suelo con un pH entre 6 y 8 es ideal. Si el suelo de tu jardín es pesado o arcilloso, puedes mejorar su drenaje agregando hojas secas, ramas y otros materiales rocosos. Durante la época de floración se puede hacer un abono con bocashi.
Requerimientos de sol: Requiere pleno sol para crecer y florecer adecuadamente. Asegúrate de ubicarla en un lugar donde reciba al menos 6 horas de luz solar directa al día.
Necesidad de riego: La lavanda es una planta resistente a la sequía y prefiere suelos ligeramente secos. Evita el exceso de riego, ya que esto puede causar enfermedades fúngicas y pudrir las raíces. Regá moderadamente, asegurando que el suelo se seque entre riegos.

Cosecha

La lavanda puede ser cosechada cuando las flores están completamente abiertas pero antes de que se marchiten por completo. Cortá los tallos con cuidado y colgalos boca abajo en un lugar oscuro y seco. Una vez secos, podes utilizar las flores para rellenar almohadillas, hacer aceites esenciales, infusiones y otros productos.

Beneficios

Beneficios nutricionales y medicinales: La lavanda tiene propiedades calmantes y relajantes, y se utiliza en aromaterapia para aliviar el estrés y promover el sueño. También se puede utilizar para hacer infusiones que ayudan a aliviar dolores de cabeza y problemas digestivos. Es importante tener en cuenta que la lavanda, como toda planta medicinal, debe ser utilizada con precaución.

Posibles enfermedades y tratamientos:

La lavanda es generalmente una planta resistente, pero puede verse afectada por enfermedades fúngicas como el mildiú polvoriento o la roya. Para prevenir estas enfermedades, evita el riego excesivo y proporciona un buen drenaje. Si detectas alguna enfermedad, puedes utilizar fungicidas como el equisetum.

Conocé más sobre plagas y enfermedades

Bueno, ya sabés cómo cultivar lavanda en casa. ¡Que te salgan sabrosas y saludables!

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